Aunque no hablemos de nuestras emociones, la mayoría de las veces personas de nuestro entorno saben con exactitud cómo nos sentimos. Eso se debe a que las emociones y los estados de ánimo básicos se manifiestan en la expresión del rostro, en la actitud corporal, en el tono de la voz y en los gestos.
Las reacciones fisiológicas y el comportamiento expresivo en caso de miedo, indignación, tristeza, alegría y rechazo son parecidos en todas las culturas. Desencadenan en el otro reacciones emocionales involuntarias iguales o complementarias: comprensión, pero también miedo, cólera o rechazo.
El psicólogo Keith Oatley da su importancia a la función comunicativa de los sentimientos: ‘Las señales emocionales entre las personas son, en principio, sencillas. Actúan como la sirena de la policía o de una ambulancia : no se sabe lo que ha sucedido pero se maniobra para dejar sitio si se está al volante y se deja pasar al vehículo’.
La correcta interpretación de este tipo de señales presupone un cerebro emocional intacto. Los pacientes con determinadas lesiones cerebrales ya no están en situaciones de distinguir las diferentes expresiones faciales y de descifrar su significado emocional.