En el lugar de trabajo actual, escribe el consultor de negocios Patrick E. Merlevede: «empatía, la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, así como su capacidad para entender la conducta de alguien, son facultades esenciales. Un representante de ventas sintonizado con las preocupaciones emocionales de un cliente, por ejemplo, tiene mayor oportunidad de hacer la venta. Los gerentes que se relacionan bien con su personal obtienen mejores resultados de esos trabajadores«.
Alguien puede aprender a sintonizarse con las emociones de otras personas, con el fin de entenderlas mejor o allegarse más a ellas. La clave es ponerse en el lugar de la otra persona y luego hacerse estas preguntas:
«¿Qué siente?», «¿qué ve?», «¿qué oye?»
La facultad de hacer esto es el secreto para construir amistades genuinas y duraderas. Con base en sentimientos compartidos, estas amistades no sólo enriquecen su vida, sino que también le proporcionan lo que los gurús del desempeño llaman tener un «equipo campeón» de su lado.
Como está en armonía con ellos, ellos están en armonía con usted y le proporcionan una red de apoyo vital en la que puede confiar en tiempos de dificultad y desastre.
Aprender a entender los sentimientos de otra persona y ver las cosas desde su punto de vista podría sonar como una tarea formidable, en especial si nunca ha ejercitado esta parte de su inteligencia de los sentimientos. Cualquiera puede tener esta habilidad siguiendo estos siete pasos sencillos.
Elija un problema que tenga con alguien, que contenga emociones agitadas.
Enfóquese exactamente en lo que detonó las emociones.
Visualice a la otra persona, cómo estaba en el momento y reflexione sobre qué sabe de ella.
Imagínela en su mente como si estuviera mirándola y tenga la misma interacción en este momento, trate de imaginar el motivo detrás de su acción.
Cambie su perspectiva, imagine que usted es la otra persona y vuelva a representar sus acciones desde el punto de vista de ella.
Evalúe cómo está respondiendo ante usted mismo, ahora que se encuentra en el lugar del otro.
Busque una lección que pudiera aplicar para lograr un resultado más positivo o la forma de dar mayor comprensión y tolerancia a la otra persona en el futuro.
Por último, corrobore… ¿los motivos y las respuestas de la persona son los mismos o diferentes a lo que usted pensó?
7 PASOS PARA DESARROLLAR LA EMPATÍA
Antes de empezar, elija un momento y un lugar donde no tenga interrupciones durante 20 minutos más o menos.
Siéntese, relájese y respire profundamente tres o cuatro veces. (Cierre los ojos si se siente más cómodo así).
1. Elija un problema con alguna persona que tenga emociones agitadas. No importa si son sus emociones las que están agitadas o las de la otra persona. (Aunque si la situación provocó sentimientos en uno de ustedes, probablemente los provocó en ambos.) Puede ser una situación que le ha estado inquietando un tiempo o podría ser algo que surgió hoy. Por ejemplo, un colega que le impide hacer bien su trabajo o algo grosero que alguien dijo cuando su carrito de las compras en el supermercado chocó con el de esa persona.
2. Enfóquese en qué detonó exactamente las emociones. Si es un colega con el que tiene conflictos, podría ser cada vez que propone una nueva alianza en las juntas de consejo. Si es la persona que tiró canastas en el supermercado, recuerde las palabras exactas que lo hicieron enojar o lastimaron sus sentimientos.
3. Visualice a la otra persona en ese momento, y luego reflexione un poco sobre lo que sabe de ella. Si es ese colega de negocios que conoce hace un tiempo ya, esto podría incluir qué ven y cómo actúan, dónde fueron a la escuela, hechos aislados sobre su infancia, sus relaciones familiares actuales, ambiciones, virtudes, defectos. Si es alguien que vio una sola vez en momentos desagradables en el supermercado, visualice cómo lo vio precisamente, su apariencia, actitud, estos, lenguaje corporal.
4. Visualice a la otra persona como si en realidad la mirara en la misma interacción en este momento; trate de pensar en el motivo detrás de su acción. Pregúntese por qué su colega siempre se opone a lo que usted dice en las juntas de consejo, o qué motivó a la persona que fue tan grosera con usted en el supermercado. (Con frecuencia este paso basta para evocar las acciones que hay detrás del sentimiento).
Puede darse cuenta que su colega siempre está en su contra porque le preocupa que toda decisión de negocios tenga bases sólidas, en tanto que usted considera que toda compañía empezó con un riesgo que alguien tomó y que, a menos que la compañía tome riesgos ocasionales, no sobrevivirá ni prosperará. En el ejemplo del extraño desagradable en el supermercado, podría sospechar que la persona tuvo un mal día o quizá una infancia infeliz.
5. Luego, cambie su perspectiva, imagine que es la otra persona y represente sus acciones desde el punto de vista de ella. Imagínese en el cuerpo de la otra persona, sintiendo lo que usted imagina que ella sintió, con sus antecedentes, mirando hacia usted. Véase usted mismo, sus gestos, sus actitudes. ¿Tal vez había una sonrisa de seguridad en su cara cuando el colega molesto interrumpió sus sugerencias con sus preguntas penetrantes?
Quizá usted miró con mal humor a la persona que golpeó su carrito de compras en el supermercado.
6. Evalúe cómo está respondiendo ante usted mismo, ahora que está en el lugar de la otra persona. ¿Hay alguna diferencia? ¿Podría verse como necio y terco, o más enojado de lo debido?
Quizá, su sonrisa confiada ante preguntas sinceras parece una burla y lo hubieran molestado también a usted si hubiera estado del otro lado.
Quizá en el supermercado su mirada malhumorada lo hizo parecer como si no sintiera nada y que podría ponerse agresivo si se le ofreciera una disculpa, así que tal vez hubiera hecho lo mismo que hizo la otra persona.
7. Busque una lección que pueda aplicar a lograr un resultado más positivo, o la forma de dar mayor comprensión y simpatía a la otra persona en el futuro. A la luz de lo que usted y su colega están preocupados por los mejores intereses de la compañía, pero lo enfrentan con filosofías diametralmente opuestas, podría concluir que antes de presentar cualquier propuesta arriesgada al consejo, deba tener toda la evidencia sólida posible de su lado para minimizar el conflicto.
Hasta podría decidir anotar a su colega en sus listas pidiéndole que le ayude a investigar la clase de apoyo que encontrará convincente. También podría recordar revisar su sonrisa cuando le interrumpan con preguntas.
Respecto a la persona del supermercado, si sus palabras o actitudes jugaron un papel importante, puede aprender a manejarlas un poco mejor la próxima vez.
8. Por último, revise: ¿los motivos y las respuestas de la persona son los mismos o diferentes a lo que usted pensó? En ambos casos lo eran, pero su actitud ayudó a irritar la situación. A menudo éste será el resultado, pero a veces descubrirá que los sentimientos de la otra persona eran muy diferentes. (Su colega podría haber estado tras de su empleo y este ejercicio lo reveló). O descubrirá que tenía usted razón desde el principio.
En el caso de la persona en el supermercado su expresión pudo haber sido conciliatoria, entonces lo grosero que se portó fue sólo culpa de ella. Su lección pudo haber sido que aunque usted no puede cambiar o evitar que alguien que tuvo un mal día (o una mala vida) la tome en su contra de vez en cuando, puede aprender a quitarle importancia emocional dándose cuenta que, en palabras de Laura Huxley: «usted no era su objetivo”.
Fuente: «SuperBrain», Jean Marie Stine