CÓMO REDUCIR EL TAMAÑO DE UN PROBLEMA (O SOLUCIONARLO) CON 6 PASOS SENCILLOS

Hay muchos tipos de problemas y esto puede hacer que resolverlos parezca más molesto. Es natural suponer que cada tipo de dilema debe requerir un enfoque diferente para su solución.

Pero ésta es otra instancia en donde las apariencias engañan.

Aunque hay docenas, quizá cientos, de categorías y órdenes diferentes de dilemas, el mismo proceso de seis pasos los resuelve todos.

Los seis pasos desempeñaron una parte importante en el proceso de muchísimas personas que han tenido logros extraordinarios a lo largo de la historia (con las necesarias variantes aplicadas a cada caso, por supuesto). Si no se vuelven evidentes cuando revise estos pasos, los encontrará en detalle en el ejercicio para crear Inteligencia Lógica, «Resolver problemas«, en la segunda parte de esta Nota.

Puede usarlo para encontrar una respuesta incluso a los problemas más grandes y desafiantes.

Los seis pasos son:

1. Identificar la pregunta o el problema.

2. Identificar lo que espera lograr al resolverlo.

3. Revisar los hechos o las pruebas.

4. Preguntarse qué tiene sentido (plantear preguntas abiertas-cerradas que no impliquen sólo una solución).

5. Identificar cuál parece la respuesta más razonable e intentarla para ver si funciona.

6. Si la solución no funciona, revisar su pensamiento e ir con la que parece la siguiente solución más razonable.

De manera sorprendente, las probabilidades son mejores que diez a uno, respecto a la solución que cree, en forma suficientemente razonable, intentar primero. De acuerdo con investigaciones en pruebas educativas, los estudiantes que pensaban dos veces y cambiaban sus respuestas en las pruebas, tenían mejores resultados que aquellos que no realizaban un proceso de revisión de sus respuestas iniciales.

CREADOR DE INTELIGENCIA LÓGICA: RESOLVER PROBLEMAS

Usted posee toda la inteligencia de pensamiento que necesita para encontrar respuesta a cualquier dificultad. Este ejercicio práctico y fácil de aprender le mostrará cómo cambiar esta parte del poder de su cerebro a voluntad.

1. Identifique la pregunta que debe contestar o el problema que tiene que resolver. Anótelo en una o dos oraciones.


2. Identifique por qué necesita resolverlo. Escriba su propósito general. Aquí hay algunas claves: ¿cuál es el resultado que trata de producir?, ¿por qué es indefendible la situación?, ¿qué tendría que suceder para hacerla deseable?

3. Revise las evidencias pensando en los elementos del problema. Busque patrones. Pregúntese ¿qué parece más importante?, ¿qué parece menos relevante?, ¿qué parece estar relacionado?, ¿qué no está relacionado? Anote sus conclusiones en una o dos oraciones cada una.


4. Pregúntese, considerando el problema y las pruebas, ¿qué tiene sentido? ¿Qué da a entender la evidencia?, ¿hay algunas claves para la solución?

Recuerde recurrir a preguntas abiertas que no impliquen sólo una respuesta correcta, así como a proponer varias soluciones posibles. Si la lógica no proporciona la solución, intente convocar a una «lluvia de ideas» sobre cómo se logrará, o pida opiniones a otras personas.

Escriba tres o cuatro respuestas alternativas en una o dos oraciones.


5. Elija la que parezca la solución más razonable e inténtela. Tome un momento para revisar y comparar las soluciones posibles que escribió. Pregunte: ¿cuál parece más apoyada por la evidencia?, ¿cuál parece tener más sentido?

Dadas la evidencias, ¿cuál parece más probable que funcione? Anótela y luego póngala en práctica.

6. Si su primera solución no funciona, revise los pasos del 1 al 5 y pregúntese si su pensamiento previo todavía tiene sentido. Si es así, intente la que parece ser su segunda solución más lógica. Si no funciona, anote lo que crea que fue el error y cualquier opción nueva que se le ocurra.


Luego ponga en marcha la que parezca ser la respuesta más lógica.

A primera vista, tal vez parezca un ejercicio muy sencillo, pero los resultados le abrirán los ojos. Intente estos seis pasos y con un poco de práctica encontrará que este proceso se vuelve automático.

En problemas menores no estará consciente de ellos. Todos estos pasos tomarán un lugar en su inconsciente casi de manera instantánea y la respuesta surgirá en su mente sin esfuerzo consciente aparente de su parte. En algún momento podrá conectar su inteligencia lógica más aprisa que la computadora más rápida del mundo.

(Autor/Recopilador: Abel Cortese – eledicto.com)