Los dientes que tenemos en la boca no es lo único que perdemos con la edad. La creatividad también va desapareciendo cuando crecemos. Los dibujos de los niños, sus cuentos y sus juegos, demuestran que la creatividad se desarrolla con rapidez en la infancia, de acuerdo con el profesor Mark Runco, fundador de la revista Creativity Research Journal.
Pero las pruebas muestran que a la edad de siete años la mayoría perdemos esa creatividad. Parece que se requiere sólo un año en el sistema educativo para desalentar a los niños (y a los adultos en que se convierten después) a aplicar su “Cociente Intelectual Creativo”.
Esta pérdida de inteligencia creativa no es muy sorprendente, dice Mark Runco, considerando lo que sucede a los niños en el sistema escolar «Ponemos a los niños en grupos y los hacemos sentarse en un escritorio y levantar las manos antes de hablar. Ponemos mucho énfasis en obediencia y orden, luego nos preguntamos por qué no son espontáneos ni creativos.
Un segundo factor que nos reprime a la mayoría para aplicar la inteligencia de las ideas es que suponemos que las personas creativas deben tener cocientes intelectuales enormes, y como el nuestro no es tan alto, suponemos entonces que no podemos serían creativos. Sucede que autores, pintores, músicos, científicos y empresarios sumamente exitosos, y otras personas creativas, no son más inteligentes que el resto”.
El catedrático de psicología Dean Simonton, Ph.D., conduce cientos de experimentos sobre creatividad y no ha podido establecer ninguna clase de relación entre ésta y la inteligencia.
De acuerdo con Simonton, casi nunca hace falta ser un genio para ser creativo. La mayoría de las personas consideradas “creativas” no son más inteligentes que los demás. Como lo escribe David Henry Feldman, psicólogo que conduce estudios de creatividad en la Universidad Tufts: «todos los seres humanos son creativos gracias a la virtud de poder soñar y tener fantasías. Siempre están transformando su interior en palabras exteriores«.
