Como los trucos de ilusionistas y magos, lo que hace funcionar la lógica falsa es la distracción. Su atención se desvía del pensamiento con elementos irrelevantes o emocionales. La escasez de pensamiento se usa para distraerlo del fracaso obvio a fin de hacer que algo tenga sentido.
Ahora estamos a punto de aprender el reto de reconocer las 7 trampas mentales de la lógica falsa.
Éstas son:
1. Dilema falso. Para disuadirlo de un curso, engañosamente propone que todas las consecuencias serán negativas, cuando también hay posibilidades positivas. Por ejemplo. «Este nuevo trato nos llevará a la quiebra o nos conducirá a salimos de nuestro campo».
2. Apelar a la autoridad. (En la escuela esto se conoce como argumentum ad verecundiam.) Adopta dos formas:
Citara un experto. Lo engaña para que crea en un enunciado porque una autoridad impresionante lo apoya. Sin embargo, ser un experto no lo hace infalible, ya que muchas veces los expertos en un campo están en desacuerdo.
Hace algunos años dos físicos respetados afirmaron haber descubierto la «fusión fría«. Otros físicos lo dudaron y tenían razón. Los dos hombres habían falsificado su investigación.
Citara una celebridad. Se dice que si un experto apoya una idea, pero hay una trampa, no son expertos en el mismo campo. Por ejemplo: «Donald Trump dice que la mejor política social es el rechazo benigno.» Quizá sepa de bienes raíces, pero no de gobernar.
3. Jugar con la compasión. (En la escuela, argumentum ad misericordiam.) Se le engaña para que deje pasar ideas débiles apelando a la descripción de la promesa de algunos desafortunados. Por ejemplo: «Treinta millones de escolares no ingieren comida nutritiva. Vote por este plan y la tendrán«. Se calcula que el pensamiento de millones de niños mal nutridos lo distraerá de los defectos del plan.
4. Atacar al mensajero. (En la escuela, argumentum ad hominem.) Toma dos formas principales:
Atacar el carácter del mensajero. Propone que algo que digan será rechazado por su moral, competencia, nacionalidad o religión. Por ejemplo: «No me importa lo que diga el senador Sánchez sobre los impuestos, lo vieron con su secretaria.»
Atacar a los conocidos del mensajero. Da a entender que algo que dicen no es confiable porque tienen socios que no son confiables. Por ejemplo: «No se puede creer ni una palabra de lo que dice Juan. Siempre anda en los bares con prostitutas, borrachos y homosexuales.»
5. Sucedió después, eso prueba una relación. (En la escuela, post hoc ergo propter hoc.) Afirma que una cosa provocó la otra, sólo porque sucedió primero. Por ejemplo «desde que empecé a usar computadoras he tenido comezón. La radiación de la computadora la está causando«.
6. Generalizaciones falsas. Sacar conclusiones precipitadas sobre muy poca base 0 que no es aplicable. Toma dos formas:
– Generalizaciones apresuradas. Sacar conclusiones precipitadas con base en conocimientos mínimos (lo cual podría no ser exacto) antes de sopesar toda las circunstancias.
Por ejemplo: «Mis seis mejores amigos pensaron que mi idea de una funda para la nariz era maravillosa, así que todos querrán comprarla.»
– Generalizaciones extensas. (En la escuela, dicto simplicter.) Sacar una conclusión apresurada aplicando una regla general a una situación incompatible. Por ejemplo: «Escuché que esa parte de la ciudad es peligrosa. Yo no entregaría ese paquete.» La calle en cuestión podría ser la más segura de la ciudad.
7. Comparación falsa. Para confundir el asunto, el argumento se basa en dos cosas que no son comparables, pero se mencionan como si lo fueran. Por ejemplo: «Los trabajadores son como los caballos. Hay que tenerlos bajo control o se desbocan.»
